Porque fuera hay cosas preciosas
querido guille:
volví ayer de ávila, no había estado nunca. vuelvo algo reconciliada con madrid aunque quizá algo engañada solo porque tengo vacaciones estos días. en ávila he conocido la catedral, el convento de la encarnación y el flannagan’s. paseamos mucho y leí prácticamente entero el libro de ole jakob para el club de lectura cristiano que montamos con myr, paula y sara. me ha encantado. es un repaso por las lecturas de san pablo (en especial de sus cartas romanas) que han hecho diferentes filósofos contemporáneos ateos.
algo reconciliada con madrid, ya te digo, me parece que la ciudad ha parado un poco, ¿o será que yo estoy de vacaciones? no sé si mi ritmo y el de la ciudad se confunden y le impongo mi velocidad, aunque en realidad sé que decir esto es ser demasiado generosa.
pienso en ti casi todo el tiempo: aquí, en madrid, pero también en ávila. abro la puerta a la cueva de metapensamiento compartido contigo. a la reproducción de tu conciencia en mi mente. paseo contigo con y sin tus audios: integro ensayos de tu voz para darle al botón de reproducir de cuando en cuando. imagino viajes contigo. a ávila también han venido conmigo adrián, patricia, carlos, manuel, arturo. pienso en vosotros casi todo el tiempo.
félix me pidió que escribiera algo para diario de versiones y me salió este texto en defensa de la pasión. a raíz de escribirlo recordé una cita de trevi en dos vidas que me encanta: la felicidad debería consistir en prestarnos cada vez menos atención.
ahora sigo escribiendo recién llegada a casa, después de tu cumpleaños. por el camino le he escrito unos mensajes a patricia contándole la noche, le doy like a una foto que me ha mandado manuel, le mando un audio a carlos, me pongo los guantes del frío que tengo al cruzar el puente de toledo. al llegar a casa intento hacer bien todo lo que puedo hacer bien: me desmaquillo, bebo agua, pongo agua a hervir y me preparo una pasta. sé que acostarme con el estómago lleno y algo caliente es algo que agradeceré mañana. sé también que a mi mejor amiga de esta noche, tu amiga irene, le parecerá una buena idea. me pongo en bucle hamburguesas de carolina durante un rato antes de quedarme dormida.
y termino, perdonadme, un poco más tarde de la hora habitual de los domingos, envuelta en una manta rosa con corazones rojos que me regaló mi madre, apurando el café, con los ojos a medio caer. me debí acostar a las cinco de la mañana y me he levantado a eso de las 9:30 para terminar un taller de escritura en el que empezó hace tres días y en el que he aprendido un montón de cosas (aunque hoy no vaya a ser capaz de conseguir que se me note ninguna, jajajaja). pienso en ti, en tus amigas. en los nervios por ver a alguien a quien llevas meses sin ver, sin saber muy bien qué pasará, y darte cuenta de que mientras pasaba la noche os habéis hecho amigos.
porque fuera hay cosas preciosas: la pasta de calabaza del mercadona, las amigas nuevas, bailar dumbai con jaime en tu cocina, los sonny angels, la coneja sylvanian de tu cocina (felicidades), un mensaje de manuel. mis amigos suman más que mis demonios. sísifo me come el coño.
te quiere,
alejandra