alejandra,
el tiempo que he tenido para pensar durante esta semana ha sido el mismo tiempo que he dedicado a pensar sobre los recovecos de nuestro ser. si pienso en el ser no pienso en figuras totales materializadas en algo muy concreto, pienso en agujeros, cabos sueltos en espacios vacíos a falta de ser llenados, en figuras cóncavas y convexas, en algo que no tiene una superficie lisa, que no se siente como completo.
pienso en las últimas conversaciones que he tenido y siento que el centro de todas ellas ha sido: el relato. cada vez estamos apropiándonos más de nuestros relatos, cambiamos a nuestro antojo eventos pasados y presentes para poder conjugarlos y así formar parte de una línea narrativa que contenga coherencia argumental como ha hecho siempre la Historia, casi como si viviéramos la temporalidad de una película. quizás por eso me da tanta rabia las películas que están tan bien medidas y no dejan espacio a que haya incongruencias narrativas.
en esta construcción del relato entran muchos recovecos del ser, porque no son narrativas pulcras, siempre nos encontramos con pequeños espacios sin habitar, sin pisar, casi virginales en el sentido más totalizante de la palabra. espacios que nadie ha navegado y que apenas se conoce su existencia. porque a pesar de que somos narraciones narrantes (como defiende paul ricoeur en su teoría de la identidad narrativa) no podemos relatar todo lo que nos está pasando al igual que no podemos asumir todas las cosas que nos ocurren. esto nos deja ver todas las ausencias que tenemos y quizás nunca podamos rellenar nuestros vacíos porque quizás nunca podremos estar conectados con el ser.
lo que somos es un collage construido por el relato propio sumado al de las personas que nos rodean además de nuestro imaginario en internet. este imaginario virtual genera muchas veces imágenes que van más allá de nuestras limitaciones pero otras veces generan disonancias con el interlocutor, dislocando lo que proyectas de lo que construye la mirada ajena. lo que produce siempre unos choques identitarios de lo que la otra persona creía que eras a lo realmente querías expresar con esas imágenes.
soy conocedor de que nuestras imágenes y nuestros collages son complejos y ricos. somos personas muy fértiles y producimos muchos imaginarios. pero no todas las personas lo son. muchas veces estos collages (y nos ha pasado a ambas) se convierten en una fuente de inspiración de las personas con las que nos desarrollamos de manera afectiva, sintiendo que nos están vampirizando o simplemente quedándose con una idea muy angosta de lo que somos par después reproducirla. generando un montón de fricciones narrativas entre el sujeto vampirizante y el sujeto vampirizado.
todo esto puede ser un ejercicio solipsista y ególatra… sentir que se apropian de un imaginario creado concreta pero ¿qué somos si no una especie de capas de los collages de otras personas? un cuerpo abyecto que contiene multitudes de otros cuerpos.
todavía no sé quién soy a través de las imágenes que creo.
no todo es descorazonador (no todo tiene que ver con quién es una misma o qué imágenes producimos) porque creo que puedo ver todas las ausencias de lo que eres. siento todos tus huecos de información y los relleno con todos los archivos de cariño que tengo guardados debajo de la almohada. me gusta esa falta de información porque siento que puedo crearla, modularla, hacerla a medida y atar esos cabos sueltos. navego los vacíos.
por eso tener un crush es conjugar con la falta de información. rellenamos los huecos con nuestros propios relatos, nuestras propias referencias. una imagen para nosotras es algo totalmente diferente según vayamos acercándonos a ella y eso no significa que estemos más cerca de la pureza de su ser. o al menos de la verdad de su ser.
¿todas las miradas que se ejercen sobre las imágenes son válidas?
me gusta pensar que somos cuerpos tan porosos que nos van agregando narrativas ajenas de lo que somos. que nos componemos gracias al relato del otro. porque esa imagen será todas las posibilidades de ser y todas las negaciones de ser. porque esa imagen solamente será para ti una cosa que no se podrá repetir.
te quiere,
guille