un tupper en una oficina
la confesión siempre viene después de cuatro días seguidos llevando un tupper.
hola alejandra,
lo que voy a confesar ahora no es una novedad para ti, quizás ya lo haya escrito en otras ocasiones, en alguna de nuestras anteriores cartas (ahora mismo me viene a la mente la carta sobre la herencia): mi alimentación es vegana.
hasta aquí todo bien. todo mi entorno lo sabe. llevo más de cinco años siéndolo, y previo a eso fui vegetariano mucho tiempo. el tiempo y la inercia (de la que tanto me quejo) me ha convertido en lo que en procesos identitarios podría decir que soy.
en un nuevo trabajo, como en el que estoy ahora, en el que en vez de comer solo en la calle, comes en un comedor común con demás compañeres, siempre se produce el mismo patrón… al cuarto día te preguntan: “¿no has llevado ningún día carne?”, seguido de un: "¿no serás como ahora esta juventud con la cosa de no comer animales?”, “yo es que sería imposible, no podría quitarme el jamón “, “yo perfectamente, pero por favor el queso es que no podría quitármelo”, ““¿huevo tampoco?”, “mi hijx está probando esto de no comer carne… pero a ver si se le quita la tontería”, “invítale a una barbacoa, se le quitará la tontería”, “¿cómo haces para estar bien?”, “¿alguna vez has hablado con un nutricionista?”, “uf, es que lo veo algo muy peligroso”, “a mí es que el sabor de la carne … no me lo quito por nada del mundo”, “si dios inventó los animales es por algo”, “yo es que comer lechuga, como que no es lo mío (risas)”.
a pesar de ser una elección que no creas que no he sopesado muchas veces, no paro de recibir violencias sobre ello. cada vez que tengo que empezar un curro, al cuarto día; se produce la salida del armario, la confesión que hace que todo gire en torno a lo que como o lo que dejo de comer. hace que el debate esté encima de la mesa, siendo yo la única persona que tiene que responder a todas sus morbosas cuestiones para actuar en “defensa propia”.
entiendo desde el lugar que escribo y tampoco quiero victimizar mis elecciones en torno a la alimentación o que se me perciba como a una persona muy afectada o muy sufrida. pero volviendo hoy a casa me he dado cuenta que siempre se produce el mismo patrón. y en vez de abrirte conversación por whatsapp he querido contártelo de esta forma. pasada esta confesión, la imagen que se tiene sobre mi se desajusta, se modifica, paso a ser ese sujeto que no come carne ni pescado, y encima tampoco queso ni miel. paso a ser una cosa monstruosa, un cuerpo totalmente en cuestionamiento. una persona infiltrada dentro del orden natural de una oficina. una persona que no encajará jamás con los patrones establecidos en un comedor. la abyección en forma de tupper de ikea.
te espero tomando ese mismo tupper en la agradable encimera de tu cocina (mi lugar favorito) mientras vuelves de tu viaje.
te quiere,
guille
pfff 💔